La principal función del asado al horno es incrementar el placer de la comida.
La costra dorada que se forma en los alimentos cocinados al horno tanto en el pan, en los bizcochos o en las carnes es una delicia en nuestra boca. Además, en el interior de la carne, los tendones se convierten en gelatina, la grasa se hace líquida y fluye por los canales que se forman generando una salsa con sabores que acarician nuestro paladar.
Fué hace más de 2.000 años cuando los griegos tuvieron la genial idea de acostar el horno vertical conocido como «tandoor». Pusieron la puerta en la parte frontal y añadieron una solera. De este modo los hicieron más eficientes y por el uso de materiales que acumulan el calor durante un largo tiempo permitían retirar el fuego antes de introducir los alimentos.
No hace muchos años el horno de leña era un elemento imprescindible en las casas rurales. A veces, se encontraba situado en la cocina y otras, en una esquina del corral. Se construían de piedra o adobe, y de forma circular u oval, con una bóveda curva que facilitaba la circulación del aire caliente.
Los hornos se calentaban haciendo arder en su interior ramas de llama viva y combustión rápida, hasta que el color de la piedra tornaba en un blanco característico. La temperatura del horno de leña disminuye con el tiempo por lo que al principio, recién apartadas las brasas, está más caliente, y es el momento de asar piezas planas que se harán pronto. Luego, a menor temperatura, se pueden poner los bollos y las piezas de repostería. No en vano, cuando una situación está muy caliente se dice que «no está el horno para bollos».
Nuestro horno está alimentado exclusivamente con leña 100% de encina – la madera por excelencia para asados ya que es muy aromática y la duración de sus brasas es la de más tiempo. Sumado a la elección de las mejores carnes, nuestros asados resultan ser excelentes y dotados del sabor exquisito y característico de la zona.
Utilizamos las ascuas para nuestra especialidades: los asados braseros de carne roja y las chuletas de cordero lechal.
También horneamos nuestro delicioso pan o los dulces típicos de Toledo como los mazapanes y marquesas, de elaboración totalmente casera.